viernes, 12 de agosto de 2011

Hoy miro el mundo de otra forma, con ganas de divertirme, de pasármelo bien. Me ha dado un ataque de euforia. Tengo ganas de chillar, de saltar, de decirle al mundo que necesito libertad. Esa sensación de bailar riendo bajo la lluvia, de ir corriendo por la orilla de una playa desierta, de subirte a un escenario en medio de un concierto de Greenday, de sentir la brisa del viento en tu cara mientras viene alguien por detrás y te tapa los ojos. Ha llegado la hora de aprovechar cada segundo, y de ser feliz tan sólo por el hecho de vivir. Ha llegado el momento de sonreír a los problemas, de plantarles cara. Ha llegado la hora de emocionarse, de darlo todo; porque nos lo merecemos, y porque es el instante perfecto para vivirlo.



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